Glíglico, el idioma de Cortázar

15 Feb

Buenas, muchachada estudiantina.

El otro día, durante una clase de Literatura en 2º de Bachillerato, comentamos el tema de las lenguas inventadas, concretamente la que aparece en Alicia a través del espejo (1872): el Jabberwocky del escritor inglés Lewis Carroll, que lo utiliza para escribir un poema sin sentido.

90 años después, en 1963, y esta vez en español apareció un buen ejemplo de idioma inventado: el glíglico, creado por el argentino Julio Cortazar y que está presente en su novela Rayuela, cuyo capítulo 68, que evoca una escena erótica, está completamente escrito en él, mezclando palabras en español con otras inventadas.

«Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente su orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, las esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentía balparamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.»

Como habréis podido comprobar, se trata de un lenguaje musical que se interpreta como un juego, además de ser un idioma exclusivo, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo y convierte en momento en algo aún más secreto y especial. Aunque a primera vista pueda parecer que carece de sentido, una relectura más detallada os permitirá comprobar que en realidad es bastante comprensible. El glíglico tiene la misma sintaxis y morfología que el español, usando palabras normales con otras inventadas pero de categorías gramaticales reconocibles, como sustantivos o verbos, y puntuando correctamente las frases.

Espero que el tema os haya resultado de interés.

Una respuesta to “Glíglico, el idioma de Cortázar”

  1. Filarmónica 3 28/04/2023 a 08:24 #

    Sigo sin entender…

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